sábado, 3 de febrero de 2018

ENRIQUE GAMARRA (Chaco)


EL CIELO INVERSO

En el patio de  mi casa, había un pequeño charco. A través de él se veía la fabulosa comba del cielo. Había luna llena y las estrellas tenían un resplandor total. Iba a pisar el charco cuando una extraña sensación me detuvo. Por un momento tuve miedo de aquella inmensidad que estaba a mis pies. Temí dar un paso y hundirme para siempre en el vacío sin término. Entonces arrojé ña piedra en el centro del charco y el infinito se borró.


LA NIÑAY LOS CUADROS

Acompañada der su hija de seis años, la mujer entra al supermercado. En la galería lateral, frente al amplio comedor, hay una exposición de cuadros, unas doce o quince piezas de escandalosa mediocridad. La mujer se detiene para saludar a una amiga, mientras la niña se acerca a la pintora. Esta le dirige algunas palabras y de repente la niña sale corriendo. Cuando su madre quiere saber lo ocurrido, la niña explica:
―la pintora me amenazó con regalarme un cuadro.


UNA PALOMA PARTICULAR.

Había estado mirando esa paloma a través de la vidriera. Era blanquísima y tenía la cola   como pintada con retazos del arcoíris. Un ejemplar rarísimo. Entró en la veterinaria y la compró. No bien estuvo en la calle, abrió la puerta de la jaula y la soltó. La paloma ensayó un breve vuelo circular  en la vereda y se perdió sobre el techo de la veterinaria. Las hojas de los árboles cercanos se movieron levemente. No había viento.


EL FIÓSOFO Y EL ABISMO

El filósofo se acercó al abismo y el abismo tembló. Había una sola opción: devorar al filósofo, succionarlo antes que fuera demasiado tarde. Cuando iba a hacerlo, el filósofo habló. Y el abismo fue devorado por el filósofo.


EL DÍA

Era el día indicado. Se levantó más temprano que de costumbre. Se afeitó cuidadosamente, se duchó, se perfumó y eligió su mejor traje. Se miró por última vez en el espejo y buscó el arma. Debía saldar la cuenta. Se llevó el arma a la sien. Presionó el gatillo. Disparó. 


Enrique Gamarra nació en el Chaco. Es profesor en Letras y su producción incluye los libros de poesía Ademán (1965), Las raíces (1972), Ramón (1973), La luz tiene una espada (1980), Ruido de pájaros (1983), Allá van los siriríes (1987), Los ritos (2002), Porque estas en el mundo (2007) y Antología poética (2010).
En narrativa publicó Florecen los aromos (1988), De espaldas al cielo (1989), La sombra del gorrión (1993), Aquel olor a humo (1994), Fogata en la llovizna (1997), Los ciclos (2003), La punta del bastón (2008), Rosario y la Serenata (2008) y Al sur de todas partes (2010), además de El libro de las notas (2012), con sus publicaciones en NORTE de 1987 a 2012.
Recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Premio de la Secretaría de la Nación y la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade).

La fotografía que ilustra la presente nota, fue tomada  del sitio Web Letras de Chaco: http://letrasdelchaco.blogspot.es/categoria/literatura/

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